A
veces me doy cuenta de las cosas que me avergüenzan porque no
quiero que se enteren esas personas que influyen en mi vida. Que su opinión
puede hacerme cambiar de idea. Que tengo miedo de decepcionarle. De hacerle
daño. Porque yo no soy así. Pero como soy tan maruja, pues se me escapó y caen
las cosas en malas lenguas. No me gusta decepcionarle, pero aún me gusta menos decepcionarme
a mí.
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