sábado, 18 de junio de 2011

De las que cuando tienen un día estresado lo pagan con la persona equivocada. De las que a veces se sienten mejor estando solas, aunque echen de menos los suyos. De las que van con el miedo a fallar pero aún y todo se entregaran al máximo. De las que se quedan hasta las tantas para hablar con él. De las que tienen expectativas. De las que no se entienden ni ellas pero saben lo que quieren. De las que son capaces de sacarte una sonrisa en tus peores días. De las que echan el bolígrafo al suelo para coger la notita que les lanza el compañero. De las que les entra la risa tonta en momentos serios. De las que les encanta quedarse hablando con las amigas toda la tarde. De las que llegan tarde a casa porque en el camino se entretienen demasiado. De las que odian los pajaritos que les cuentan todo a las madres. De las que buscan magia en las palabras. De las que la música les transporta. De las que encuentran algo bueno en cualquier persona. De las que eso de disimular no se les da muy bien. De las que pasan toda la vida comprando ropa sabiendo que los mejores momentos se viven sin ella. De las que se quedan tumbadas en la cama pensando en el por qué de las cosas. De las que tropiezan mil veces con la misma piedra pero siempre se levantan. De las que dicen la verdad, de las que se mojan. De las soñadoras. De las realistas. De las optimistas. De las que no se rinden fácilmente, pero que a la mínima se le echa el mundo encima. De las  que no piensa lo que dice, de las que se arrepienten al tiempo que hablan, de las que son díficiles de convencer y fácil de hacer entrar en razón. Suelo ser de la que se sabe poner sin problemas en el lugar del otro, ese tipo de persona que nunca llegas a conocer del todo y que sin querer, sonríe para parecer mucho más fuerte.

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